Fotografía sub-acuática
No estamos acostumbrados a ver lo que ocurre bajo
el agua. Por eso, las fotografías subacuáticas nos llaman tanto la atención.
La fotografía
subacuática además de divertida, resulta fascinante. Las fotos que tomamos bajo
el agua nos enseñan un mundo del que normalmente no disfrutamos y que puede ser
asombroso.
Hacer fotos bajo el
agua no resulta técnicamente fácil y necesitamos un equipo especial que nos
permita tomar las fotografías sin dañar nuestra cámara.
Equipo
necesario
1. Cámara
sumergible: Lo primero que
necesitaremos es una cámara que sea capaz de sumergirse en el agua y funcionar
sin sufrir daños. Estas cámaras están perfectamente selladas por lo que el agua
no podrá entrar al interior de su mecanismo y estropearlo. En el mercado
existen multitud de modelos y, sobretodo, multitud de calidades y precios.
La principal
diferencia, además de las ópticas, materiales, etc. está en la profundidad a la
que la cámara puede trabajar con seguridad de no estropearse por la presión del
agua.
2. Carcasa estanca: Si quieres usar tu
cámara de fotos y ésta no es sumergible puedes conseguir una carcasa en la que
no le entre absolutamente nada de agua y puedas manejar todos los controles.
Como en el resto de
productos, hay infinidad de calidades y de opciones. Desde las más baratas para
aficionados que no se sumerjan a grandes profundidades, hasta las carcasas
profesionales que soportan la presión del agua a muchos más metros de
profundidad.
3. Equipo de
iluminación: Debajo del agua la
luz cobra una importancia igual o superior a la que tiene fuera de ella. Los
rayos de luz van siendo absorbidos y se van dispersando a medida que la
profundidad aumenta por lo que necesitaremos una fuente de luz externa.
La luz de los
flashes también sufrirá esa absorción y dispersión por lo que las partes más
lejanas de la escena tampoco se iluminarán.
4. Objetivos: Debido a las
condiciones de luz que tenemos bajo el agua conviene utilizar la lente más
luminosa que podamos.
Antes de utilizar
todo el equipo conviene probarlo convenientemente, tanto la cámara como la
carcasa y los flashes. Debemos acostumbrarnos a su uso, que será sensiblemente
diferente al que le demos fuera del agua. Además, el medio acuático no nos
permitirá entretenernos demasiado por lo que, cuanto más dominio del equipo y
más acostumbrados estemos a manejarlo, mejores resultados podremos obtener.
Como norma general,
las fotografías bajo el agua serán mejores cuanta más cerca estemos del sujeto.
Esto es debido a la falta de luz y a que, cuanto más nos acerquemos, tendremos
colores más vivos en las fotos. Recordemos que a partir de 10 metros de
profundidad, aproximadamente, los colores se van perdiendo. El color rojo será
el primero en desaparecer.
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